La Corte Ideal ya está instalada

El próximo 8 de diciembre cumplirá un año la inefable Pichi-Corte que trajo a los delincuentes de cuello blanco asilados en centroamérica y fue expulsada por su mentor, Lucio Gutiérrez momentos antes de que liberaran de culpa a los señores Isaías. Ha pasado casi un año desde que no hay una Corte Suprema legítima, hasta ahora.

Luego del susto en Ciespal, los diputados, agilitos como nunca, aprobaron una ley para elegir nueva CSJ. Palacio propuso que se elijan sólo 16 magistrados y que los procesos para presidente y quienes tienen fuero se conozcan por sorteo. No le pararon bola en el Congreso.

Con dificultades y críticas, el Comité Calificador se integró a medias y sustanció un proceso lleno de tropiezos. Según muchos, el sistema es inconstitucional, porque la Constitución exige que los magistrados sean elegidos por la propia Corte. Yo creo que el procedimiento es a-constitucional, porque no está en contra de lo que dispone la Constitución, sino que regula una situación no prevista en la Carta Política: qué ocurre en caso de que no haya Corte que se coopte. No va en contra de lo que dice la Constitución, sino que llena uno de sus vacíos.

De cualquier modo, la corte nace débil, porque es blanco de críticas: por su origen, por sus integrantes y por la crisis final del comité. Si recordamos, la corte elegida en el 97 también nació con recelos, pero con el tiempo se ganó respeto y críticas: porque sentó precedentes importantes en asuntos de derecho, pero se dejó manipular en casos que involucran a políticos: las reuniones con LFC y las persecusiones contra Gustavo Noboa, Jorge Gallardo y otros, así como la demora en juicios clave (Bucaram, Isaías, etc.) y en la misma cooptación son muestras de una corte que nunca fue independiente, pero que era respetada por algunos de sus miembros.

Casi como la Corte del 97, la del 2005 tiene pocos juristas ilustres, contadas mujeres, una cantidad de desconocidos y un personaje vinculado a la banca quebrada.

Según muchos, una consulta popular o una reforma constitucional asegurarán que no vaya a ser ‘despachada’ como Lucio hizo con la del 97. Yo creo que pueden hasta ponerla en urna de cristal, que igual los políticos se inventarán la manera de eliminarla si sus apetitos se lo permiten. Sólo queda la sociedad para defender a las instituciones: con la forma en que Lucio fue expulsado del poder debieran aprender a no manosear el Estado.

Por último, dos respetables juristas, Pilar Sacoto y Ana Abril, así como las hoy conjuezas Ruth Seni Pinargote y Alicia Coloma demostraron que no se necesita una ‘ayudita’ para que las mujeres entren por méritos a la CSJ.

¿Una ayudita para que las mujeres sean designadas? No hay tal, pero al final, en la Corte si van a ESTAR…ELLAS.