Lista de cosas pendientes

Tengo que escribir sobre algunos temas, es que las ideas se me van represando y ahora no tengo tiempo de sentarme al computador. La falla es que no voy a poner ON y OFF esta semana. Ya habrá mejores tiempos.

1. Vanguardia

Para tener como escritores a Martha Ormaza y a Roberto Aguilar, y como lectoras a Nina Pacari y Denisse Nader, DEBE SER una buena revista. Y es semanal. ¡Cuidado Vistazo!

Más detalles de cómo nació este proyecto, la próxima semana.

2. Hoy me traumaron en la oficina.

Yo toda la vida, o por lo menos desde que trabajo con entes públicos, tenía la idea de que la gente que trabaja en ciertos sitios era simplemente inepta. O que los sistemas de recursos humanos eran débiles y los contratos colectivos fuertes, de tal modo que la gente no se preocupaba por mantener un mínimo de eficiencia. O que la gente vivía palanqueada y eran ahijados del gobierno/alcalde/sindicalista/registrador de turno.

Pero no.

Hoy, cuando un compañero le explicaba a la secretaria un papel, le contó que algunos tipeadores del registro de la propiedad de Quito hacen su trabajo borrachos. Él me dijo que les ha visto tomar en plena jornada de trabajo.

Mientras intentaba generar una mueca de sorpresa, la secretaria, tan tranquila, le dijo: “Ah, como cuando en el registro civil me cambiaron una letra de mi apellido cuando les llevé una botella”. Y contó que tuvo que ingresar al registro y vio a muchos en la borrachera de la vida.

Luego de esa conversación fui al Ministerio del Ambiente. Ahí los funcionarios están en “asamblea permanente” (desde hace como dos semanas), protestando por la licencia de Petrobras en un área protegida. No se si a favor o en contra, pero están protestando. La tal “asamblea” consiste en no atender al público y contar cachos en los pasillos. Lo he visto así desde hace dos semanas. Hoy día, no sé si fue la impresión, pero la secretaria que me atendió arrastraba las palabras y no se separó del anaquel que la sostenía.

Resulta que, ADEMÁS de todas las ineficiencias normales, ellos le adicionan el alcohol. ¡Lo máximo!

He sido un poco inocente en muchas cosas, pero ahora ya no queda nada de eso en mí.

3. La dictadura del lector.

Fátima ha pedido información sobre las anteriores consultas populares. La primera consulta fue la que puso en vigencia la actual constitución, en 1978. Desde entonces hasta acá, mucho se ha preguntado y poco se ha obedecido al “soberano” pueblo. ¿Qué pasará ahora? El post de este lunes (no del programa, sino del día) tendrá más análisis sobre las consultas populares.
4. Gran Hermano del Pacífico: por fin se acabó la tortura

Juan Sebastián López ganó el reality que se convirtió en un homenaje a la manipulación. Esa muletilla de “el Gran Hermano siempre está innovando” sirvió de pretexto para sacar a participantes no-nominados (Liliana Langer, Jessica Angulo y Romina), reingresar a expulsados (Teobaldo, Jarén y Gianmarco), alterar porcentajes y demás.

El que te cambien las reglas del juego a medio jugar se llama inseguridad jurídica. El Gran Hermano fue un ejemplo de ello y lo siguió siendo hasta el final. Logró lo que conseguía: los tres países tuvieron su finalista. Hasta el final, los animadores de cada país distorsionaron los hechos para favorecer a ’sus’ concursantes.

En Ecuador, la plaza de San Francisco estuvo llena a medias. En Perú sólo tuvieron un set lleno. En Chile ni la casa de Romina estuvo llena y ni se molestaron en poner un animador en el lugar (ver a la pobre señora madre de la concursante manipular el micrófono simplemente llamaba a la lástima. Por la producción). ¿Puede alguien creer que el apoyo a Romina haya sido más de cuatro veces el apoyo que recibió María Gabriela Torres? Dos metros cuadrados de plaza hubieran bastado para poner a TODOS los fans de Romina: su familia. Y a pesar de la evidencia de la imagen: a la chilena le asignan el 26% y a Gabriela apenas 6%.

Que Juancho ganó y Leito perdió es una contundente señal en contra de los que aúnh se esconden en el closet. Toma nota de eso Angelo.