Estamos secuestrados por la partidocracia (ja! noticia!)

Una de las razones por las que no llego más temprano a mi trabajo es porque en la mañana, en lugar de dedicarme a mis asuntos, paso ‘cazando’ entrevistas en la televisión. Casi siempre, no hay mucho de bueno que rescatar, pero otras veces, vale la pena la ‘cacería’.

Hoy Jorge Ortiz entrevistó a Ramiro Aguilar, abogado quiteño, que fue candidato a comisionado en la Comisión Anticorrupción (los medios la abrevian CCCC, pero aquí la llamaré C4), por las universidades. En aquella ocasión, Aguilar perdió ante Rómulo López, un nombre del Jefferson College de Guayaquil.

El caso es que Aguilar sugería eliminar la C4, luego de los escándalos de los comisionados: López y Ricardo Vanegas fueron ‘invitados’ a renunciar por el presidente de la C4: Ramiro Borja y Borja, quien también tiene una historia detrás.


Comisionado Rómulo López

El argumento de Aguilar era que los comisionados son elegidos en función de tronchas de los ‘colegios electorales’: para elegir a Rómulo López, hubo acuerdos debajo de la mesa y arreglos para obtener los votos de muchas de las universidades. Una vez elegido López, los que votaron por él en representación de algunas universidades, ahora son empleados de la C4. Otras universidades están peleadas porque López les ha hecho quedar mal. Para explicar la intensidad de la troncha, Aguilar decía: “si renuncia López, las universidades se reúnen y vuelven a elegirlo”.

El hijo de Rómulo López, Juan Antonio López, fue secretario particular de Alfredo Palacio. Renunció luego del escándalo de las firmas falsas.

Ramiro Aguilar le decía a Jorge Ortiz, que muchos de los candidatos a vocal se valieron de amparos constitucionales para no ser eliminados de las ternas de elección. Los generosos jueces, especialmente de Guayaquil, según Aguilar; crean absurdos jurídicos con amparos concedidos con ridículos argumentos jurídicos. De este instrumento constitucional se valió el Jefferson College (hoy peleado con Rómulo López) para suspender una decisión del Conesup que ponía en capilla a la universidad guayaquileña, que entregaba títulos no reconocidos por la entidad reguladora.


Comisionado Ricardo Vanegas

Ricardo Vanegas hijo, comisionado de la C4 por los gremios profesionales, fue también acusado por Borja y Borja de usar su cargo para presionar al Comité Calificador de la CSJ para descalificar a la auditora BDO Stern. Vanegas es hijo de uno de los candidatos a la CSJ, un roldosista sobreseído en la investigación de piponazgo que llevó a la cárcel a Fabián Alarcón. De ahí el interés de Vanegas hijo en el proceso de elección de magistrados.

Vanegas hijo fue propuesto a la C4 por Angelita Albán, ex magistrada de facto de la Pichi Corte, hoy vocal del TSE por el PRIAN. Albán fue jueza en un caso de drogas por el que se encarceló a un inocente, Daniel Tibi, torturado en prisión y robado por policías. El francés Tibi enjuició al Estado por violación de Derechos Humanos y obtuvo una indemnización millonaria. Hoy el Estado tiene que pagar por la negligencia de la señora Albán al administrar justicia. Nadie le ha cobrado un centavo a la señora Albán.


Comisionado Ramiro Borja y Borja



Por su parte, Ramiro Borja y Borja, fue elegido por los medios de comunicación. Su nombre fue propuesto por los señores Isaías, por intermedio de Gamavisión y TC Televisión. La C4 tiene varias investigaciones abiertas contra los señores Isaías por las sucesivas quiebras de Filanbanco. El nombre de la Asociación de Canales para ese puesto fue el de Leonardo Ponce, vicepresidente en Quito de Ecuavisa. Aunque el nombre de Ponce ya había sido votado, los señores Isaías consiguieron los votos de ETV Telerama (de los señores Eljuri) y de Canal 1 (de Marcel Rivas) para cambiar la decisión de la Asociación de Canales y apoyar a Borja y Borja en lugar de Ponce. Esta decisión llevó a Ecuavisa y a Teleamazonas Tv a desafiliarse de la Asociación de Canales.

El señor Borja y Borja es un hombre honorable, pero tiene más de 90 años y es permeable a ciertas influencias, por su edad. Cuando se hizo público el pedido de renuncia de Borja y Borja a López y Vanegas, Ecuavisa (para sacarse la pica) presentó documentos donde Borja y Borja apoyaba ciertas gestiones de los dos comisionados hoy cuestionados por él mismo.

Lo inútil de una Asamblea Constituyente.

¿Qué tiene que ver esto con la Asamblea Constituyente? Mucho se ha discutido sobre su conveniencia. Palacio, el 20 de abril, ofreció una asamblea para conseguir ‘que se vayan todos’.

Por experiencia, Ecuador debería saber que el país no se arregla con una Asamblea que redacte (o reforme) la Constitución: ha tenido 16 Asambleas y 17 Constituciones. Nunca una Asamblea, con el nombre que se le quiera poner, ha logrado ‘que se vayan todos’, peor ha logrado cambiar el país. Y eso que se han convocado Asambleas integradas de la más diversa forma: desde elegidas en las urnas, hasta designadas por ‘colegios electorales’ hasta Asambleas tri-partitas, con tres asambleístas por provincia, uno por cada partido existente en ese entonces.

¿Qué nos hace creer que otra Asamblea sí va a ser diferente? Es una ficción creer que la Asamblea va a cambiar el país. Gándara propuso una Asamblea elegida, la mitad en las urnas, la mitad por ‘colegios electorales’: Lindo. Los diputados renunciarían y se lanzarían a asambleístas y ganarían. Los ‘colegios electorales’ elegirían a gente como Rómulo López o Ricardo Vanegas ¿Se imaginan un ente hecho con medio Congreso y lo peor de la C4?

A menos que hagamos una revolución, la reforma política sólo puede hacerse con apoyo de los partidos. Despertemos: no va a haber revolución. La solución no pasa por cambiar la Constitución, que sí necesita ajustes menores, sino por un cambio en la conducta de los políticos: Alfredo Palacio logró dos actos de madurez de aquella vieja clase política que rechazamos en abril:

1. Cuando presentó su lista de preguntas para la Consulta, el Congreso, en lugar de rechazar las preguntas, las guardó para esperar los resultados de la Concertación Ciudadana del Conam.
2. La ID, en lugar de buscar un acuerdo por debajo, salió públicamente a apoyar al gobierno en la reforma política. Aunque unos militantes de ese partido se negaron a ser gobiernistas, mirando en las próximas elecciones; la mayoría ha aceptado cargar el peso de ser gobierno esperando que la reforma mejore al país. De este gesto de madurez política, los grandes perdedores serán los estudiantes: La ID pondrá en el Ministerio de Educación a Raúl Vallejo, un crítico de la actual ministra. La primera medida de Vallejo será derogar los decretos de clases más tarde y de no enviar deberes.