“No es lo mismo, Abdalá vuelve, que Abdalá devuelve…”
- grafitti en una caricatura de Bonil.
Abdalá no sólo que viene ‘más loco’, sino también ‘más conciliador y respetuoso’. La propia incoherencia de su discurso refleja que él no ha cambiado en estos ocho años fuera del país.
La llegada del loco que ama (la plata) fue todo un espectáculo; un show motivo de burla en una república bananera para unos, pero un espectáculo repetido y exasperante para mi, al menos.
Aparte del lado político de la noticia, la televisión se empeña en darle un lado farandulero: la misma noche de anunciadas las pichi-providencias, Denisse Molina de Ecuavisa entrevistó a los hijos del prófugo en su propia casa, la periodista no pudo ocultar la sonrisa y no se le ocurrió mejor cosa que preguntarle a Dalo sobre si preparaban un recibimiento con guatita. El supuesto futbolista habló de su hija y de sus viajes en entrevista con Marián Sabaté, pero en realidad no se puede pedir más de ese tipo de show.
En realidad, esto del regreso es un show más. Bucaram no volvió. No volvió porque nunca se fue. Y no me refiero al estribillo de que ‘uno no está con el cuerpo sino donde más lo extrañan’ sino que, objetivamente, desde 1997, Abdalá estuvo más presente en el ambiente político más que cualquier otra persona en el país: en estos tiempos en que la tarima de más convocatoria es la televisión y cuando los periodistas llaman ‘rueda de prensa’ a una montaña de micrófonos encima de un teléfono con discado directo a Panamá, no se puede decir que estuvo fuera: estuvo aquí. Hacía cadenas radiales y emitía cuñas como ningún político y sus mismos enemigos calcularon sus pasos en función del loco. Quienes más responsabilidad tienen en este protagonismo inaudito para cualquier exiliado son los gobernantes panameños: Ernesto Pérez Balladares, Mireya Moscoso y Omar Torrijos. Ninguna embajada ni gobierno, ni el mejor amigo Bush, puede ufanarse de haber influido tanto en la vida política del país que cualquiera de los presidentes del istmo.
El edecán se niega a aceptar el costo de traer a su patrón. Sigue hablando del diálogo pero cambió la publicidad de la consulta popular por una que compara las pésimas estadísticas del gobierno de Borja con la economía dolarizada que Mahuad le heredó. Todos confirman que Mahuad no se beneficiará de la mano del ‘Pichi’ Castro, pero no se dice quienes sí alistan maletas ¿los señores Isaías? ¿El cura Flores? ¿Van a abrir la celda de Aspiazu?
No comments:
Post a Comment