Y aquello que no entendí del partido, ahora fue algo menos escabroso que en el partido anterior: en las vallas del estadio había publicidad del Canal Caracol promocionando el programa ‘El Aprendiz’, ¿estaban pasando la traducción del programa de ‘The Donald’ o se trata de una producción original?
La curiosidad me llevó al internet, luego del partido. Pues resulta que Caracol presenta una serie propia con el franco-colombiano Jean Claude Bessudo, dueño de Aviatur. Por supuesto, el formato de dos equipos concursando con pruebas que eliminan uno a uno a los concursantes es igual a la versión gringa.
Cuando le conté esto a mi hermano, salió la pregunta ¿quién haría la versión ecuatoriana de este ‘reality’?
Se imaginan…
El multimillonario Álvaro Noboa elegirá a su delfín de un grupo de 24 jóvenes ‘montoneros’ que deberán superar las duras pruebas evaluadas por sus dos mejores asesores: la ’sabia’ Sylka Sánchez y el ‘despierto’ Kenneth Carrera. Los jóvenes se han agrupado en los equipos ‘Bucaramista’ y ‘Gutierrista’ (en honor a los dos mejores amigos del magnate).
Algunas pruebas que se preparan son:
* Pagar la multa electoral con certificados basura, el equipo que más pague con certificados más inútiles, gana.
* Archivar los expedientes de evasión fiscal que el SRI abrió cuando Elsa de Mena no estaba a cargo (¿raro no? sólo cuando doña Miaja no era directora se lo molestaba a Alvarito, ¿que será?)
* Conseguir espacios políticos contratados y hacer un spot del líder prianista, quien consiga más canales, tendrá asegurado un puesto en la siguiente prueba.
* Comprar diputados para que pasen la terna de fiscal general con un amigo del señor Noboa.
* Realizar una campaña de marketing para convencer a la gente que Álvarito no fue aliado de Lucio en el retorno del Loco.
* Contratar a montoneros que no sean los hijos de los diputados (esta prueba fue perdida por ambos grupos).
* Entrevistarse con el director de la revista Forbes, para que pongan de regreso a Alvarito en la lista de latinoamericanos más acaudalados.
El ganador, habría de gerenciar una de las 106 compañías, como repite una y otra vez el millonario. Pero sólo el hecho de no ir a la sala de reuniones con Alvarito es suficiente premio, me imagino que los despidos deben ser (luego de veinte repeticiones, hasta que se aprenda el texto)con la cara pálida de Alvarito mirando atento al teleprompter diciendo:
“Yo te dije,…
Pichi,…
no…
hagas… (pensando)
eso…
…
renuncia porque lo estás haciendo quedar mal a tu equipo…
mira que no es buneo que venga el líder de los bucaramistas…
pero…
ahora… (esfuerzo por terminar la frase)
estás despedido.
Anda a donde los volcanes ‘eructan’, no quiero que manejes ninguna de mis 106 empresas. Ni la de banano, ni la de cartón, ni la ensambladora de autos, ni la de chocolates, ni la de…”
Y luego cortan el segmento, porque el bobo del Alvarito enumera una a una sus 106 empresas cada vez que le toca despedir a alguien.
¿Qué tal?
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