El pasado 9 de mayo, Newsweek presenta un reportaje sobre las condiciones de vida de los prisioneros de Guantánamo atrapados en la última invasión a Afganistán. Parte de la reseña incluye la degradación humana a los sospechosos de terrorismo: no les dejan dormir, no comen, afeitan sus cabezas y caras, en fin, les torturan física y psicológicamente. El reportaje también relata que soldados americanos profanan libros del Corán y los echan por el retrete.
El reportaje causa olas de protestas en Afganistán y otros países musulmanes, la repulsa a los americanos es general y causa cientos de heridos y 15 muertes a manos de islámicos ofendidos por el desprecio de los gringos a lo más valioso de su fe.
Pero resulta que el reportaje exageró en la parte del retrete y otras.
La revista ha presentados sus disculpas. Facilito. ¿Las familias de los muertos y heridos? ¡Qué pena!
Luego de las ‘sentidas‘ disculpas de la revista, el gobierno americano puso a trabajar a toda potencia su capacidad hipócrita al decir que no es suficiente la disculpa pública y reprocha a la revista las muertes causadas. Ojalá algún rato le reprochen a Bush por las miles de bajas que causó la guerra de su ambición personal.
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