Wednesday, May 11, 2005

Diego Guzmán en el gobierno


“¡Me nombraron en secreto para que no me vean las ‘veedurías’!”

Hace un par de días, el Fondo de Solidaridad nombra como presidente de Andinatel a Ricardo Terán, quien es cónyuge de una sobrina del presidente Alfredo Palacio. Ayer el funcionario renunció, para apaciguar una campaña de Diario Hoy cuestionando ese nombramiento. El titular de Diario Hoy de este miércoles aparece a grandes letras y cinco columnas: “Sobrino de Palacio fuera de Andinatel”. No sólo en la foto de Otilino Tenorio hay sensacionalismo.

Contra ese tipo de actitudes de los periodistas se lanzó, hace casi tres años, Diego Guzmán. El webmaster de www.prensacorrupta.com ha participado durante meses en las protestas contra Gutiérrez y se puede considerar un auténtico forajido. Ayer Guzmán fue nombrado Director Ejecutivo del Fondo de Inversión Social de Emergencia -FISE- Como se esperaba, los medios tuvieron su pequeña venganza.

Además de la caricatura de El Comercio, Teleamazonas Tv reseñó el nombramiento calificando a Guzmán de “empresario con intereses en la televisión por cable”.

Hasta donde conozco, Guzmán es dueño del restaurante El Pajonal y amigo de varios periodistas, como Gabriel Espinosa de los Monteros.

El inicio de la batalla de Guzmán fue por el sensacionalismo con el que Últimas Noticias (diario vespertino editado por El Comercio) trató el caso del colombiano Jairo Humberto Giraldo Marín. Algunas investigaciones señalaban que Giraldo mataba a jóvenes luego de que lo contrataban para tener sexo con él. Parece que a Guzmán no le gustó que infieran que uno de sus parientes era homosexual.

Aunque comparto con Guzmán la angustia por la mediocridad de ciertos medios, no comparto el calificarles de ‘Prensa Corrupta’ así, tan genérico y tan criminal. En muchas cosas, prefiero llamarlos ignorantes, pero no corruptos; por ejemplo el mismo Diario Hoy circuló un álbum de historia con la imagen de Isabel I en lugar de Victoria I. Me niego a creer que eso sea un acto de corrupción. Otros actos de la prensa sí son sospechosos, pero muchos son simples errores por mediocres. Eso sí, ambos merecen una crítica directa e inquebrantable.

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