Con mayor o menor éxito, los programas de televisión tienen por fin entretener, informar o educar. Ver a dos peruanos irse a las manos frente a Maritere tiene por objetivo entretener. Ahora, el hecho de que ese entretenimiento sea malsano, egoísta o simplón, es otra cosa, pero, mal que bien, el programa, dentro de cierta demografía social, cumple su objetivo. Tal vez Freddy Ehlers informe sobre filosofías baratas al estilo Deepak Chopra, pero informa.
En cambio, el objetivo central de ‘Buenos Muchachos’ no es entretener a los televidentes de Gamavisión, sino amargar y atacar a rivales y detractores. Francisco Pinoargotti y su equipo se han convertido en odiadores a tiempo completo, cumpliendo con ataques personales o corporativos sazonados con vagos intentos de humor chauvinista y machismo exacerbado.
No es de extrañar que semejante bodrio tenga rating, si vivimos en una sociedad donde más niños ven ‘Laura’ que ‘Art Attack’. La novedad es que ‘Buenos Muchachos’ tiene el bizarro mérito de inaugurar el chantaje y la agresión como capital de un programa de televisión. Sus batallas iniciales fueron contra Canal 1 y luego enfilaron contra Teleamazonas Tv, en medio de una pelea de magnates. El programa de Telesistema ‘Vamos con todo’ les buscó y también tuvieron una fuerte respuesta.
Ahora, claro, es el turno de poner a Rocío Vallejo en medio de brasas ardientes y con música que llama al terror; si agregamos mugidos pseudo-agresivos como ‘voz de off’ mientras Pinoargotti se envalentona, ¡viva el rating!
Y del chantaje no se han librado auspiciantes: hace unos meses, Pinoargotti mostró un casete de vídeo mientras decía algo como: ‘me ALEGRO de tener esta información’, al cabo de un par de semanas, apareció la publicidad de Alegro PCS en el programa de marras.
Cuando Unilever introdujo la marca Sedal Anti-sponge, Pinoargotti era un puntal en la estrategia publicitaria, incluso estuvo en un par de caravanas montadas por la multinacional que más publicidad pauta en todos los medios. Al cabo de unas semanas, la mención del shampoo desapareció del programa y eso bastó para que Pedro Ortiz Jr. presentó una supuesta denuncia de que industrias contaminan el río Daule; en medio de las tomas inconexas, un logo de Unilever. El cierre de la nota es un amenazante: “Seguiremos investigando…” Silencio por un par de semanas y luego vemos la anunciada continuación donde se recuerda, con música y voz malvada, que hay industrias que contaminan el Daule, pero, ¡qué maravilla! la profunda y periodística investigación de ‘Buenos Muchachos’ encuentra que Unilever es tan aséptica que el agua que utiliza regresa al río más limpia que antes hasta con certificados del Municipio de Guayaquil. ¿Qué pasó? ¿ Unilever amenazó de regreso? ¿Pagarán el favor con publicidad? ¿Qué empresa seria cede ante coacciones de esta calaña?
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