Una di noi

En esta semana mencionaré a una decena de mujeres, de realidad y de ficción, que se han ganado un nivel de relevancia en distintos ámbitos. Las primeras: Giuliana Sgrena y Florence Aubenas.



Es una reacción psicológica normal el poner más atención a un hecho o situación que involucra a uno mismo o a alguien con quien hay cierta identificación: nos llama más la atención ver una participación olímpica de un ecuatoriano antes que de un croata, sentimos que hablan de nosotros cuando mencionan a los ciudadanos de la marcha contra el gobierno (ya sea la de enero 26 o la de febrero 16). Esa reacción normal es bien conocida por los rebeldes iraquíes, por lo que el ser periodista extranjero en Iraq es una invitación a ser secuestrado y posiblemente asesinado.

Desde que EE.UU. invadió Irak, hay decenas de periodistas secuestrados con suertes distintas: no todos son liberados; y casi ningún país ha retirado sus tropas, así que no le funcionado el chantaje a estos grupos (terroristas, nacionalistas, independentistas, como quieran llamarlos).

Aún así, los secuestros continúan. A principios de año fue secuestrada Florence Aubenas, periodista francesa de Liberátion. Cuando fue presentado el vídeo en donde ella ruega por su liberación, muchos se sorprendieron al escuchar que ella quería que el arqueólogo y senador francés Didier Julia intercediera con los secuestradores.

El caso de la italiana Sgrena es más especial aún: la periodista de Il Manifesto es liberada por fuerzas especiales italianas y en el trayecto el convoy es detenido por una patrulla americana que los identifica y los dispara: muere el agente Nicola Calipari, quien puso el cuerpo para salvar a Sgrena, quien, según su familia denuncia, tiene información importante que EE.UU. quiere silenciar. A estas alturas se ha desatado ya una traba diplomática por el incidente, pero no creo que llegue muy lejos: Berlusconi también se denominó el ‘mejor amigo y aliado’ de Bush.

Difícil el oficio de periodista, no.

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La ley obliga a los medios a rectificar en los mismos espacios cuando yerran, aunque EL BOTON no es un medio como tal, no sería correcto exigirles a los medios algo que yo no esté dispuesto a cumplir: el post anterior tiene dos deslices:
* Canal 8 se inició en los setentas, no en los ochentas, tanto así que antes del retorno a la democracia (1979), ya tenían relación directa con Ecuavisa de Guayaquil.
* El nombre del cuadrapléjico que motivó el post es Agustín Pinos Viteri.