De policías y de curas

1. Policías

En menos de una semana, la Policía se enfrentó a tres escándalos: primero perdieron plata, luego perdieron televisores y casi se les ‘escapa’ un reo. Estoy convencido de que no son hechos aislados: son muestras en grande de lo que se ve a diario en ciertas esquinas cuando un policía encuentra a cualquier incauto pasándose un semáforo: la corrupción policial. Coincidencia o no, la misma semana pasada, la Policía encontraba un laboratorio para la elaboración de cocaína en la zona rural de El Oro. Semejante operativo incluso mereció que el Comandante General, Jorge Vinueza, se trasladara en persona a presentar el resultado del operativo. En camuflaje plomo, además. Este operativo matizó los escándalos: los comentarios de Hugo Gavilanes se atemperaron, Diario La Hora tituló “una de cal y otra de arena” al hablar de la Policía y, con algún otro escándalo, casi logran pasar de agache las ‘pérdidas’ de los pocos rastros que dejaron los estafadores Cabrera (en Machala) y Benavides (en Guayas).

Cuando ya respiraban en la dirección de comunicación social de la Policía, se descubre el escándalo del narco que sale de paseo con sus panas, los chapas. Ciertos chapas, claro. Aún se está descubriendo toda la historia del narco Caranqui, pero por lo pronto, el más joven de los oficiales involucrados, un subteniente de apellido Andrade, ha declarado que tiene por costumbre libar en la prisión con sus amigos los pillos (¿será una novedosa estrategia de rehabilitación social?) tanto que hasta pierde la conciencia… y el uniforme.

Caranqui fue sorprendido huyendo con sus panas -los chapas- con un uniforme que tenía el apellido Andrade.

Mientras el narco intenta enlodar a todo el que puede, la Policía de nuevo está en líos y no son pocos los que piden la renuncia de la cúpula.

Hasta ahí, un escándalo más. Pero lo siguiente es novedoso. Como de nuevo hay sombras sobre la Policía, ¡El Comandante General vuelve a presentar el laboratorio de cocaína encontrado la semana pasada! Entre la noticia de la semana pasada y la de ayer, nada de novedoso: los laboratorios eran tres, con todas las comodidades (relativamente hablando), casi de estreno y sin droga. ¡Presto! Un refrito de una vieja noticia para amagar a la opinión pública. Ni siquiera tuvieron empacho en revivir un operativo más viejo, por lo menos para que uno se olvide que ya lo presentaron.

Los medios cayeron redonditos. El ‘hallazgo’ de la semana pasada volvió a ser titular en los noticieros estelares de casi todos los canales nacionales. En todos, con reportero en El Oro incluido. Teleamazonas hasta se aventuró a enviar a dos: uno en el propio laboratorio y otro en Machala, para ponerle el micrófono al Comandante General.

Es que a veces pareciera que los reporteros se limitan a eso: a poner el micrófono.

1. Curas

Mismo día, misma novedad pero con los curas. La reciente aprobación del nuevo Código de la Salud puso los pelos de punta en la Conferencia Episcopal, la que no tardó en preparar la reacción. El martes pasado puso a cientos –acaso miles- de menores de edad que estudian en colegios de corte católico a protestar ‘contra el aborto y el libertinaje sexual’. Los niños y jóvenes, entre lavados el cerebro y felices de perder clases, habían preparado lindas pancartas, sonoras barras y globitos. En Cuenca y Guayaquil, entregaron en la gobernación una carta al Presidente de la República pidiendo el veto parcial para esa ley. En Quito fueron a Carondelet.

Básicamente la petición busca:

* Eliminar la prohibición para que médicos se nieguen a practicar un aborto cuando es permitido legalmente. (El Código Penal, desde hace 40 años, autoriza el aborto cuando la gestación puede causar la muerte de la madre o cuando es producto de violación “en mujer idiota”).
* Impedir el expendio de la píldora de emergencia.
* Limitar la educación sexual, para que no inicie a corta edad -12 años-
* Incluir en la educación sexual el componente de formación en valores.
* Cambiar la semántica en varias partes de la ley. Por ejemplo, borrar las frases “la pareja” por “el matrimonio”. Vaya a pasarse por ahí un velado reconocimiento a parejas que no son heterosexuales.

En Guayaquil la marcha fue encabezada por la ex periodista de Teleamazonas y Sí Tv, Sonia María Crespo.

Todos los canales reseñaron la protesta desde el punto de vista de la iglesia católica. En Gamavisión, Ámbar de Pérez dijo que el tema “es para debate” y dejó ahí el asunto. En Ecuavisa, la embarazada periodista Gabriela Baer incluyó una pequeña intervención de una señora “pro-choice” y la señora, muy suelta de huesos, dijo que ella sí está a favor del aborto. Pésima estrategia de comunicación, si pudiera sugerir.

Como en el caso anterior, algunos periodistas rinden el espíritu crítico cuando se trata de cubrir hechos de ciertas instituciones, como la Policía o la Iglesia.

(En mi muy humilde opinión, los primeros en recibir educación sexual debieran ser ciertos curas.).

Vía: TvLogEcuador.