Rumbo a la tiranía?

En cuestión de un mes, Lucio pasó de defenderse como gato acorralado, a reducir el poder real de LFC como nadie lo había logrado antes.
Sin proponérselo, Lucio va por el camino de Chávez en Venezuela: desde la presidencia consiguió una mayoría en el Congreso, tiene el TC, el TSE y la Corte Suprema. No sólo se parecen en su pasado golpista, sino que los dos mandatarios andinos anhelan el mismo futuro de eternizarse en el poder.
Cuando Chávez asumió el poder, prometió acabar con el abuso de los partidos tradicionales, que se turnaron el poder para servir a intereses particulares. Lucio, después de un coqueteo con sectores sociales y con el socialcristianismo, asume ahora el mismo discurso y promete terminar con las oligarquías representadas por LFC y Borja.

Pero Chávez está un poco avanzado: ya consiguió una Ley Mordaza, para censurar contenidos en los medios privados, que han sido militantes opositores de su ‘revolución’. Para aprobar esta ley, también violó reglase constitucionales, porque pasó por trámite de ley ordinaria una ley que, según la misma Constitución pro Chávez, debió ser ley orgánica, necesitando más votos para su aprobación. Desde que comenzó su gobierno, Lucio ha mencionado la idea de una ley que limite la libertad de prensa.
¿Vamos camino a la tiranía que viven los venezolanos? No hay como asegurarlo, porque con este gobierno nada es definitivo. Tal vez mañana diga que lo malinterpretamos. Además, Chávez es el líder de su gobierno e ‘ideólogo’ de su propia ‘revolución’, que resulta ser muy cercana a la embajada cubana; Lucio, en cambio, sigue en condición de edecán, sirviendo a intereses de Bucaram y la Embajada Americana.
Lo preocupante de la amenaza del gobierno es, precisamente, el apoyo cómplice del gobierno de Bush. De las ilegalidades de Chávez podemos esperar un límite por el peso específico de EE.UU. en la comunidad internacional, pero, de una dictadura que es títere de la señora Kenney, ¿habrá algún límite?