Este fin de semana circuló la noticia de que, en un almuerzo con periodistas extranjeros, el siempre coherente Lucio había dicho que en el país hay excesiva libertad de expresión, y por eso la gente que controla los medios lo atacan injustificadamente.
Enseguida, el domingo en la tarde, la versión del dictador-edecán es que fueron embajadores quienes le dijeron que vivimos en una cuasi selva, donde hay un libertinaje de expresión y todos injurian a todos.
Lamentablemente la credibilidad del golpista es tan alta, que le creo más a los rumores anónimos que a sus declaraciones.
Aunque muchos se han ido por la tangente, al acusar de entrometidos a los embajadores, es muy poco probable que ellos dijeran que aquí hay más libertad de expresión que en sus civilizados países. Porque no es cierto.
En Ecuador hay permanentes violaciones a la libre expresión, hay amenazas a la gente que protesta (Blasco Peñaherrera), intimidaciones a medios independientes, restricciones de publicidad, o compra de conciencia a través de la misma publicidad: El rubro de gasto en publicidad de la Secretaría de Comunicación se ha incrementado a lo largo de este año pero se distribuye clientelarmente, dando prioridad a medios con pocos ingresos y que son fácilmente influenciables.
De hecho, hay en Ecuador exceso de libre expresión, porque vivimos en dictadura. Hay poca represión considerando que nos gobierna un grupo de ignorantes que no respeta las reglas de la Constitución.
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